lunes, 18 de abril de 2011

Urbanismo automotriz

¿Por qué asumimos que el urbanismo automotriz es insustentable?... pues porque quizás lo sea. Al menos hasta ahora, hasta hoy, la aplanadora económica llamada Estados Unidos de Norteamérica, ha vertido todas sus iniciativas sobre la premisa del diseño urbano a través del vehículo particular, fortaleciendo su economía ligándola al progreso de esta industria. Hoy día, y en un futuro inmediato, al menos eso creo, la historia se escribe con otro cariz.

Estados Unidos ha sentido el golpe duro e implacable de la recesión económica mundial. Ya casi nadie, ni siquiera los estadounidenses con su colosal poder adquisitivo han podido sostener el ritmo que este lujosísimo capricho de vida ha demandado por muchos años ya.

Como suele suceder, México ha sufrido las funestas consecuencias de haber copiado este modelo. Y digo que es común asumir el golpe de esta práctica, ya que somos los países en vías de desarrollo quienes, con el ánimo de seguir el galopante ritmo del progreso y la modernidad, no nos percatamos de la aplastante brecha de tiempo que separa a estas naciones.

Mejor no adoptemos experiencias ajenas a nuestra idiosincrasia y a nuestra cultura, mejor adaptémoslas a nuestra forma de vivir y a nuestra economía. Miremos a Europa y a sus paradigmas urbanos que, tal vez, sean más aplicables y adaptables a nuestro territorio y a nuestra civilidad.

Casi siempre pretendemos seguir a la par de los países desarrollados, cuando nosotros vivimos un desarrollo incompleto y siempre apresurado por la premura natural de sabernos siempre rezagados.

Interpretemos nuestros rezagos como una consecuencia resoluble, no como una eterna e inacabable forma de vida.

José Luis Llovera Abreu.

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