Este es el soneto que mi bisabuelo Don Perfecto Baranda Macgregor le escribió a su hija, mi abuela, Elsa María Baranda Berrón cuando se murió.
Elsa María
De tanto cavilar en este mundo
al sepulcro me acerco enfermo y viejo;
es tu recuerdo mi dolor profundo
y ni dormido de sentirlo dejo.
Con tus virtudes mi pesar inundo,
son para mi alma encantador reflejo;
no prescindo de amarte ni un segundo
porque pensando en tí del mal me alejo.
Y quiera Dios que al definir mi suerte,
lejos de las miserias de la vida
sea más feliz en brazos de la muerte...
Que llegue desde luego la partida
y con el corazón templado y fuerte
pueda veme contigo, hija querida.
Perfecto Baranda Macgregor, Diciembre de 1946.
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